Archive | September 2012

Senegal 2011 – 3ª parte

Parque Nacional del Delta del Saloum

De camino a Toubakouta.

De camino a nuestra última etapa, de nuevo en la costa, descubrimos una pequeña charca temporal cerca de Koungheul en la que se reunían decenas de Alimoches sombríos (Necrosyrtes monachus), Buitre dorsiblancos africanos (Gyps africanus), Buitre moteados (Gyps ruepelli), Buitres leonados (Gyps fulvus) y algún que otro  Marabú africano (Leptopilos crumeniferus) para abrevar en un año que ha sido especialmente seco.

Un gran número de rapaces en vuelo llama nuestra atención y decidimos parar a ver qué ocurre.

El buitre moteado es una de las especies que integran el nutrido grupo de aves carroñeras que hemos avistado.

Una pequeña charca de agua sacia la sed de todas estas aves; en la imagen: marabú africano, buitre moteado, buitre dorsiblanco africano y alimoche sombrío.

Algunos buitres reposan a un lado en la charca. En esta imagen apreciamos un grupo poliespecífico con buitre moteado, buitre leonado y buitre dorsiblanco africano.

Cerca de Kaolack, en la carretera hacia Toubakouta, nuestro destino, en un área de sabana poco arbolada encontramos una buena cantidad de Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis), Cernícalos primilla (Falco naumanni) y Elanios golondrina (Chelictinia ricourii) alimentándose de las langostas que plagan los herbazales.

Un elanio golondrina caza un ortóptero; cerca de Kaolack. 

Nutridos grupos de Garcillas bueyeras y otros ardeidos acompañan a los elanios y cernícalos en los herbazales en busca de insectos.

Humedales de interior cerca de Toubakouta, en Saloum.

¿Quién mira a quién, quién mira a dónde?
Grupo de avefrías coletudas.
 Mariposa monarca africana.

Suimanga pigmeo.

Martín pigmeo africano acechando desde un mangle.

Posadero para garcillas.

Por el camino hallamos el cadáver reciente de una Carraca abisinia atropellada. A pesar del triste hallazgo resulta una buena oportunidad para admirar el colorido plumaje de esta ave tan llamativa.

El Parque Nacional del Delta du Saloum tiene una extensión de 76.000 hectáreas de ensenadas bordeadas de manglares, islas de arena y amplias zonas de mar y bosques. Existen numerosas aldeas que viven de la agricultura y el turismo. En las áreas del interior encontramos áreas agrícolas que alternan con sabana arbolada, bosquetes, riachuelos, charcas y áreas de marisma, un medio de extraordinaria riqueza en lo que a aves se refiere. En estos lugares encontramos varias especies de rapaces como el Águila de Wahlberg (Aquila wahlbergi), el Busardo langostero (Butastur rufipennis) y algunas invernantes europeas como Aguililla calzada (Aquila pennata), Aguilucho cenizo (Circus pygargus) o Milano negro (Milvus migrans). En los humedales destacan la amplia variedad de ardeidos, Espátulas comunes y africanas (Platalea leucorodia/alba), pelícanos y limícolas. En las aldeas y huertas la cantidad de especies que podemos encontrar resulta abrumadora: por mencionar algunas diremos que pudimos encontrar Vinago africano (Treron calvus), Lorito senegalés (Poicephalus senegalus), Mochuelo perlado (Glaucidium perlatum), la omnipresente Carraca abisinia (Coracias abyssinicus), Pito salpicado (Campethera punctuligera), Prinia modesta (Prinia subflava), Eremomela senegalesa (Eremomela senegallus), Oropéndola africana (Oriolus auratus), Cubla del Gambia (Dryoscopus gambensis), Estrilda degollada (Amadina fasciata), Estrilda azulada (Estrilda caerulescens) o el Capuchino picoplata africano (Euodice cantans). Mención especial merecen los espectaculares suimangas con sus vivos colores brillantes, de los cuáles vimos varias especies como el Suimanga violeta (Anthrepes longuemarei), el Suimanga acollarado (Hedydipna collaris) o el Suimanga pechiescarlata (Chalcomitra senegalensis).

Cernícalo pizarroso.

Charrán patinegro.

Paseo en barca por los manglares del Saloum.

Anhinga común.

La pesca, junto con el turismo, son los recursos más importantes de la zona del Saloum. En la imagen vemos una de las embarcaciones dedicadas a la pesca tradicional.

El manglar está surcado por numerosos canales navegables que constituyen un auténtico laberinto.

El zarapito trinador es un invernante bastante frecuente en el manglar.

Un medio muy particular son los manglares, hábitat muy característico del lugar y que merecen una visita en barca. Pendientes de la marea y de la hora partimos en pos de las aves que habitan este medio. No es difícil dar con Águilas pescadoras (Pandion haliaetus), Zarapitos trinadores (Numenius phaeopus) o Charranes patinegros (Sterna sandvicensis), todas ellas aves que invernan en estos destinos, pero nosotros tuvimos la suerte de encontrar un pequeño pájaro exclusivo de estos hábitats, el Suimanga pardo (Anthrepes gabonicus). Como colofón visitamos al atardecer un dormidero que reunió en cuestión de pocos minutos a centenares de aves entre las que había Anhingas comunes (Anhinga rufa), Garzas imperiales (Ardea purpurea), Garcetas dimorfas (Egretta gularis), Garcetas comunes (Egretta garzetta), Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) y un conjunto de ruidosos Martines pescadores píos (Ceryle rudis), un excelente fin de viaje.
Dentro del manglar poco después de haber visto un Suimanga pardo, pequeña ave exclusiva de este hábitat tan particular.

Un águila pescadora descansa sobre un gigantesco baobab en una de las orillas del Saloum.

Impresionante águila pescadora en vuelo. 

Una vista de los manglares en el Delta del Saloum.
Desembarcamos en la Isla de las Conchas para dar un paseo. El sustrato de esta isla es única y exclusivamente conchas que se han acumulado en este lugar a lo largo de siglos.
La Isla de las Conchas está poblada por un frondoso bosque de baobabs de tamaño descomunal.
Un detalle del manglar a orillas de la Isla de las Conchas.

Garcillas bueyeras, garcetas dimorfas, anhingas, pelícanos y martines pescadores píos, entre otros, acuden al atardecer para descansar en algunos rincones del manglar.

Los baobabs se recortan al atardecer en el Delta del Saloum.
Embarcadero de Toubakouta.
 Frente a la tienda de artesanía de Abdou ‘Carlos’ Lo, nuestro guía local, que realizó un excelente trabajo para llevarnos a los lugares más interesantes, localizar numerosas aves y ayudarnos a identificarlas.
Agradecer especialmente a Abdou Lo ‘Carlos’, nuestro guía, y a Bakari, nuestro chófer, su excelente trabajo, atención y simpatía. Agradacer también a mis compañeros de viaje Francesc, Carmina y Josele por su excelente compañía y entusiasmo.

The last area visited during mi Senegal trip was the Saloum Delta National Park, a very interesting place with mangroves, forests and savanna full with a huge variety of birds. We stayed at Toubakouta, hometown of our guide Abdou ‘Carlos’ Lo, which he knows very well. It was a magnificent ending to this 10 day tour through one of the most exciting bird trips I’ve ever done.

Senegal 2011 – 2ª parte

Parque Nacional de Niokolo-Koba y alrededores

Espectacular amanecer en Wassadou, a orillas del río Gambia. La selva despierta poco a poco envuelta en una sinfonía de sonidos y cantos inquietantes, sobrecogedores e increíblemente bellos.

Un estornino colilargo recorta su silueta en el amanecer de Wassadou.

El Hotel Wassadou se encuentra en un lugar privilegiado, con unas vistas increíbles sobre el río Gambia, y constituye uno de los mejores observatorios naturales que encontramos durante todo el viaje.

El pluvial egipcio es una de las aves más buscadas por los turistas ornitológicos que visitan Gambia y Senegal. ¡En el hotel Wassadou éstas literalmente correteaban entre nuestros piés!

La distancia entre Sant Louis y Wassadou, nuestro siguiente destino, es de unos 500 km, un viaje que nos llevó casi todo un día, pero con las buenas carreteras existentes en Senegal (hablando en términos africanos, se entiende) el viaje resulta cómodo y llevadero. Después de alguna parada por el camino para pajarear improvisadamente llegamos al Hotel-Lodge Wassadou, un agradable alojamiento situado a orillas del río Gambia y en los límites del Parque Nacional de Niokolo-Koba, el mayor de todo el país. Éste está situado en el interior del país y lo componen unos 9000 km² de sabana arbolada y selva subtropical muy tupidas, lo que hace difícil la observación de grandes mamíferos. Ello unido a que éstos fueron intensamente cazados en tiempos no muy lejanos hace la experiencia de avistamiento de mamíferos sea algo muy diferente de lo que se puede vivir en los parques nacionales del este de África. Quedan unos pocos leones y chimpances, prácticamente imposibles de avistar. Si existe la posibilidad de divisar algunos hipopótamos, antílopes, jabalíes y primates como el mono verde, el mono patas o el babuino, pero no siempre resulta fácil ni se ven grandes números.


 Entrada al Parque Nacional de Niokolo Koba.

Un detalle de la selva subtropical, con su abrumadora riqueza y diversidad.

Mono verde en Simenti. ¡Cuidado! Alguno trató de robarnos el bocadillo…

Un varano descansando sobre un tronco a orillas del río Gambia.

Otro amanecer en Wassadou; alargamos nuestra estancia en este lugar ya que resultó ser uno de los mejores puntos para la observación de fauna.

Colonia de Abejarucos gorgirrojos.

Dos abejarucos gorgirrojos reposando en el río Gambia.

Avefría senegalesa.

Alcaravanes senegaleses.

Pluvial egipcio, nuestro compañero todas las tardes en la terraza del hotel mientras nos tomábamos unas cervezas para descansar.
Navegando por el río Gambia cerca de Wassadou.

El papamoscas palustre es un pájaro discreto que es fácil que pase desapercibido. Nosotros lo encontramos en la orilla del río.

El avesol africano es un ave extraña y muy buscada por los aficionados a las aves. Nosotros pudimos verlo bastante bien al menos en tres ocasiones, si bien las instantáneas que tomamos no pudieron ser mejores que ésta. Muy tímido y huidizo…

El avemartillo siempre cerca del río, no lo encontramos en otros medios.

El río Gambia constituye el auténtico eje en torno al cual se vertebra la vida en la zona y sus orillas son lugares ideales para la observación de avifauna. Nosotros elegimos Wassadou y Simenti (que exige varias horas de trayecto por una pista en mal estado) para realizar sendos boat-trips por el río con un excelente resultado.  A lo largo de sus orillas encontramos aves como el Jabirú africano (Ephyppiorhynchus senegalensis), el Avemartillo (Scopus umbretta), el Martinete encapuchado (Nycticorax leuconotus), Ibis hadada (Bostrychia hagedash), el Alcaraván senegalés (Burhinus senegalensis), la Avefría senegalesa (Vanellus senegalus) o el Papamoscas palustre (Muscicapa aquatica). Destacar la presencia del buscado Avesol africano (Podica senegalensis) y el Pluvial egipcio (Pluvianus aegyptiacus), que prácticamente correteaba entre nuestros pies en los jardines del hotel. Los martines pescadores son uno de los grupos más representativos en este hábitat, siendo el Martín pescador pío (Ceryle rudis) el más común, pero destacando también al impresionante  Martín gigante africano (Megaceryle máxima), el Alción cabeciblanco (Halcyon leucocephala) o el Alcion pechiazul (Halcyon malimbica). En algunas orillas terrosas podemos también encontrar colonias de Abejarucos persas (Merops persicus) y Abejarucos carmesíes (Merops nubicus). La posibilidad de rastrear un amplio fragmento de cielo abierto desde la embarcación nos revela la presencia de numerosas rapaces como el Buitre palmero (Gypohierax angolensis), Águila volatinera (Tetrathopius ecaudatus), Culebrera sombría (Circaetus cinereus), Culebrera coliblanca (Circaetus cinerascens), Azor lagartijero oscuro (Melierax metabates) o el Águila marcial (Polemaetus bellicosus), entre otros. Una excursión al atardecer nos revela la gran cantidad de Carracas picogordas (Eurystomus glaucurus) que salen a cazar insectos al vuelo y nos permitió además vislumbrar un ejemplar de Chotacabras portaestandarte (Macrodipteryx longipennis) con su extraña forma de volar.

Pigargo vocinglero adulto vigilando desde uno de sus posaderos sobre el río.

El río Gambia a su paso por Simenti.

Abejarucos chicos, los más abundantes en Senegal.

Gavilán shikra a orillas del río gambia.

Martín pescador pío, un macho adulto.

Los cocodrilos son otros de los habitantes de estos cursos acuáticos. 

Los boat-trips son una de las mejores opciones para recorrer la zona y excelentes para la observación de fauna.

En uno de los boat trip nos sorprendió la presence de un jabirú africano, ave que no suele resultar muy fácil de encontrar.

El alción pechiazul es uno de las muchas especies de martín pescador presentes en Senegal.

Otro instante de observación desde Wassadou.

Áreas de palmeral con matorral en los alrededores de Niokolo Koba.

Detalle de una palmera podada por los lugareños, que utilizan sus hojas y ramas para múltiples usos.

En los palmerales puede encontrarse la carraca blanquiazul.

Si nos alejamos del río el ambiente resulta cambiante, habiendo huertas y pequeños cultivos cerca de las aldeas y áreas de sabana y bosque más o menos abierto. Algunas de las áreas menos frecuentadas resultan especialmente impenetrables y dentro del parque nacional van practicando quemas controladas y localizadas de modo regular para favorecer un paisaje algo más heterogéneo y adecuado para los grandes herbívoros. En estos claros recién quemados suele alimentarse la Ganga cuadricinta (Pterocles quadricinctus) y el Abejaruco esmeralda (Merops orientalis).  En áreas medianamente abiertas encontramos también al Alcaudón piquigualdo (Corvinella corvina), la Abubilla-arbórea verde (Phoeniculus purpureus) y la Carraca coroniparda (Coracias naevius), mientras que las más frondosas y cerradas encontramos a la Gallinita roquera (Ptilopachus petrosus), el Turaco gris occidental (Crinifer piscator), la Tórtola vinosa (Streptopelia vinacea), el Batis senegalés (Batis senegalensis), la Elminia azul (Elminia longicauda) o el Gladiador cabecigrís (Malaconotus blanchoti), entre muchos otros.

 En Niokolo Koba se queman algunas zonas de forma regular para favorecer a los grandes herbívoros y diversificar el paisaje.

 Uno de los muchos termiteros que pueden verse en Niokolo Koba.

 Tortolita rabilarga macho.

The next stop in my trip through Senegal was the area of the Niokolo-Koba National park and surroundings. This place is vertebrates along the Gambia river, where a subtropical rainforest can be found. This river is excellent for birding, specially by boat trips. Hotel Wassadou was perfect for our purpose and it was located in an excellent natural mirador to the Gambia river.

 Atardecer en el río Gambia.

Senegal 2011 – 1ª parte

Crónica de mi viaje en diciembre de 2011……………………..

Desde la Pointe des Almadies, el lugar más occidental de África continental, un faro y los restos de un naufragio, al atardecer.

Con una superficie de unos 196.000 km² y situado en el extremo más occidental de África, Senegal comienza a ser descubierto como uno de los destinos más interesantes para la observación de aves en la mitad norte del continente africano. El pasado colonial anglosajón de Gambia, que se encuentra insertada en Senegal a lo largo de gran parte del curso del río homónimo, ha determinado que esta pequeña nación vecina haya gozado de una mayor fama entre los pajareros. Senegal, sin embargo, fue colonia francesa y en consecuencia el turismo ornitológico ha llegado mucho más tarde; de hecho, todavía está en sus comienzos. Senegal no tiene nada que envidiar a Gambia, pues además de disfrutar de sus mismos hábitats, posee muchos otros que aparecen gracias a su extensión hacia el norte.
Por la mañana en Dakar, esta es la vista desde el hotel, abierta al Océano Atlántico, y desde donde pueden observarse no pocas aves marinas y limícolas costeros.

La costa es, sin duda, la zona más poblada. A lo largo de ella encontramos numerosas zonas húmedas asociadas a las desembocaduras de ríos, algunos tan importantes como el río Senegal o el Saloum, que albergan, entre otros, vastas extensiones de manglares. Internándonos unos pocos kilómetros desde la costa nos encontramos con amplias áreas de sabana costera, conquistada por el cultivo del cacahuete o el anacardo en los lugares más próximos a las aldeas. El norte del país linda con Mauritania y se caracteriza por ser la zona más árida, aunque la existencia del río Senegal ayuda a mitigar la influencia sahariana y permite cultivos como el arroz. El resto son tierras llanas con escasa vegetación. La llanura continúa hacia el sur prácticamente a lo largo y ancho de todo el país, si bien la vegetación se va haciendo más abundante conforme descendemos en latitud, pero se trata de vegetación arbustiva con algunas manchas de árboles aisladas, fruto del pastoreo ejercido durante siglos; estamos en pleno Sahel. Conforme nos acercamos al río Gambia, al sur, la frondosidad y el verdor se hacen más comunes, llegando a convertirse en selva subtropical cerca de sus orillas. Amplios bosques de palmeras y acacias cubren la zona, siendo en muchos lugares totalmente impenetrables. En la zona suroriental encontramos el monte  Asserik, la mayor altura de Senegal, con apenas 311 m.s.n.m. El baobab (Adansonia digitata), árbol nacional de Senegal, puede hallarse por todo el país, siendo más frecuente conforme nos acercamos a la costa.

Nutrido grupo de Queleas comunes descansando en un árbol. Esta especie pasa por ser una de las más abundantes del mundo. En Djoudj pudimos observar bandadas de cientos de miles de individuos.

Francolín biespolado, frecuente en lugares con algo de vegetación arbustiva y arbórea.

Senegal constituye además el extremo más occidental del Sahel, lugar en que este ambiente se combina con la influencia atlántica y los ya mencionados grandes ríos, por lo que resulta un lugar privilegiado como área de invernada para numerosas aves europeas. Hasta aquí llegan numerosas rapaces, grandes zancudas y paseriformes que pasan los meses invernales alimentándose de los numerosos insectos e invertebrados que han nacido a partir de la época de lluvias recién finalizada. Resulta muy chocante encontrarnos con todas estas especies a las que estamos acostumbrados a ver en el día a día en un medio tan diferente al nuestro.
Hay que tener en cuenta que Senegal es en la actualidad un país emergente en África, debido a sus riquezas naturales y a su estratégica posición geográfica, por lo que encontraremos grandes contrates que se manifiestan tanto en su población como en el medio. La entrada de capital extranjero ha propiciado un desarrollo con escaso control muy localizado en determinados lugares (sobre todo Dakar y alrededores) que ha deteriorado su medio, pero en cambio ha proporcionado al país una aceptable red de carreteras que permite viajar por el mismo con bastante comodidad.
Dakar
La capital senegalesa es la vía de entrada al país y un excelente lugar para la observación de aves marinas. Situada en la Península de Cap Vert, una punta que se interna en el Atlántico, está rematada por la Pointe des Almadies, el punto más occidental de todo África continental. Desde su costa es fácil avistar Alcatraces atlánticos (Morus bassanus), Pardelas cenicientas (Calonectris diomedea), págalos, gaviotas, pagazas y charranes, en un mar que a menudo presenta aguas bastante agitadas. El puerto pesquero también puede deparar algunas de estas sorpresas y en los suburbios de la ciudad, mezcla de edificios modernos, casas más humildes y muchas chabolas encontraremos Garcetas dimorfas (Egretta gularis), Garcetas comunes (Egretta garzetta), Garceta azabache (Egretta ardesiaca) y otros ardeídos y limícolas correteando entre las charcas, riachuelos y numerosos Milanos negros (Milvus migrans africanus) que visitan la basura.
A partir de aquí enfilamos hacia el norte en dirección hacia Sant Louis, paralelos a la costa, recorrido en el cuál ya entramos en contacto con una buena parte de la avifauna local como  la Paloma de Guinea (Columba guinea), la Tórtola senegalesa (Streptopelia senegalensis), el Toco piquirrojo (Tockus erythrorhynchus), el Barbudo pechirrojo (Libius dubius), el Bufalero piquiblanco (Bubalornis albirostris), varias especies de estorninos (Lamprotornis sp.) o la Viuda chillona (Vidua interjecta) en las zonas agrícolas, o el Alzacola negro (Cercotrichas podobe),  en las zonas de matorral espinoso.

Grupo de Garcetas dimorfas a la entrada de Sant Louis.

Parque Nacional de Djoudj
Cerca de Sant Louis, la segunda ciudad del país, se encuentra el parque Nacional des Oiseaux du Dloudj, que comprende un gran meandro del río Senegal y tiene una superficie de unos 160 km2. Se trata de un santuario ornitológico de renombre internacional que se caracteriza por tener amplias masas de cañaveral, numerosos canales y áreas de playa en los que se reproducen e invernan grandes cantidades de aves.
Nos alojamos en el Hotel du Djoudj, en pleno parque y al borde de las marismas, por lo que sin necesidad de desplazamiento ya pudimos observar desde allí Pelicanos comunes (Pelecanus onocrotalus), espátulas (Platalea alba/leucorodia), flamencos (Phoenicopterus roseus/minor),  diversas anátidas, Fumareles cariblancos (Chlidonias hybrida), Jacanas africanos (Actophilornis africana), Aguateros bengalíes (Rostratula benghalensis) y Chorlitejos pecuarios (Charadrius pecuarius), así como miles, quizás millones, de Queleas comunes (Quelea quelea), por mencionar algunos.

Pelícanos, garzas, garcillas, limícolas… el humedal en su apogeo.

La Garcilla cangrejera es un ardeido bastante común en el Djoudj.

De vez en cuando se pueden ver chacales.

Buscando Aguateros bengalíes entre la vegetación de las orillas.
La foto es testimonial, pero este pequeño pajarito, la Prinia charlatana, fue una de las sorpresas del viaje. Su área de distribución dibuja una estrecha franja que va de este a oeste cruzando África por el Sahel. Este lugar es de los pocos fácilmente accesibles donde esta especie puede ser observada.
Embarcadero en el Parque Nacional de Djoudj, desde donde parten las excursiones en barca para observar las aves del humedal.

La excursión en barca y la visita a las orillas de los grandes lagos, donde la marisma se encuentra con la sabana, son actividades que también nos dieron excelentes resultados. En la primera, además de disfrutar de la proximidad de los ya mencionados pelícanos, pudimos obtener excelentes avistamientos de Anhinga común (Anhinga rufa), Cormorán africano (Phalacrocorax africanus), Águila pescadora (Pandion haliaetus), Pigargo vocinglero (Haliaetus vocifer) y muchas otras especies. En las orillas miles de Suiriríes (Dendrocygna viduata/bicolor) descansan en el área y los limícolas recorren las aguas más someras. En la escasa vegetación de los campos encontramos Abejarucos chicos (Merops pusillus), Alcaudones rales (Lanius meridionalis), Alcaudones comunes (Lanius senator), Cistícolas del Nilo (Cisticola galactotes), así como el, para nosotros inesperado, Prinia charlatana (Spiloptila clamans), además de varios paseriformes invernantes como Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli), Carricerín común (Acrocephalus schoenobaenus), Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans), Zarcero bereber (Hippolais opaca) o Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca).

Pelícano común cerca del embarcadero de Djoudj.


Las impresionantes escuadrillas de pelícanos sobrevuelan nuestra embarcación en varias ocasiones dejando estampas tan bellas como ésta.


Un macho adulto de Anhinga común.


Cormoranes grandes africanos con sus característicos cuello y pecho blancos.



Pudimos asistir a cómo un grupo de Cormoranes grandes practicaban pesca colectiva sumergiéndose al unísono.


Este Águila pescadora dejó que nos acercáramos a muy pocos metros.



Inmensas bandadas de suiriríes alzan el vuelo formando estas nubes compactas de miles de aves.


Garceta grande caminando junto a un nutrido grupo de Suiriríes cariblancos.


En barca por el Djoudj.

In December 2011 I went to Senegal to watch the birds of that amazing african country. I started my trip in Dakar and from there I traveled to the North along the coast, to Sant Louis and the Djoudj National Park, one of the most important wetlands in Western Africa.